“Estamos aportando a que las personas tengan una alimentación más saludable, pero más importante aún: estamos ayudando a que se reconecten con los alimentos que consumen de una forma educativa e inspiradora,” señala orgulloso Javier Olave, ex alumno de Ingeniería Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, ahora entusiasta emprendedor junto a 3 amigos (entre ellos dos ingenieros en biotecnología de la UNAB, Ignacio Gómez y Eduardo Zavala, y un ingeniero agrónomo de la U. Mayor, Gabriel Roa), de un novedoso proyecto alimenticio: Këtrawa.
¿De qué se trata?
Këtrawa es un kit para cultivar hongos comestibles en las casas, en un período de 14 días. No se necesita tener un jardín, ni tampoco conocer tipos de tierra o sustrato, menos sobre estaciones o condiciones climáticas. Si se siguen las instrucciones que aparecen al abrir el kit, en poco tiempo los champiñones están listos para ser disfrutados.
Këtrawa pertenece a la empresa Tribus Fungi, que cuenta en la actualidad con 5 accionistas. Tribus Fungi se dedica a investigar cómo, a través de la utilización de hongos, entregar productos de calidad enfocados en conectar a las personas con los alimentos que consumen. Trabajan con productores artesanales de Chile. «Las personas toman decisiones por lo que ven en el envase y no por los ingredientes que realmente tienen los alimentos, ya que no entienden la etiqueta. La industria alimenticia invierte más en marketing que en investigar y desarrollar nuevos productos que sean más sanos. Cada compra que hacemos es una señal para que el mercado ofrezca productos similares a los que uno consume, por eso es responsabilidad de todos alimentarnos mejor,» dice Javier.
Bichito emprendedor
Javier cuenta que sus ganas de emprender nacieron en su etapa universitaria, cuando vio que el conocimiento puede ser aplicado a la vida real. «El bichito emprendedor es el querer hacer algo significativo para tu vida y la de los demás,» dice.
Y ¿qué herramienta aprendida en la UAI destaca más? «Aprender a pensar. La técnica está en los libros y programas, se puede aprender leyendo o en Google/Yotube pero pensar de forma estratégica, manejar equipos, motivarlos en tiempos buenos y malos es todo un desafío,” explica, al mismo tiempo que señala que lo más difícil de ser emprendedor es lograr equilibrar las emociones para perseverar y saber hacer foco en lo que es importante.
En todo este proceso, fue fundamental la ayuda de Garage UAI: “La idea de Këtrawa nació a principios del 2015, cuando ya éramos parte de Garage. Garage estaba iniciando y lo vimos como un partner importante para que nos diera disciplina, que algunas veces falta cuando se es joven, inexperto y ambicioso. Hoy estamos más maduros, y Garage también, por lo que el crecimiento de ellos nos ha acompañado de excelente forma.”
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