Cultivando una actitud apreciativa

22 agosto, 2018 Tips de orientación

“La vida está hecha de pequeños eventos que sólo ocurren una vez”

-T. Anderson

 

Reflexión

Con cierta frecuencia podemos puntualizar aquellos aspectos de nuestras vidas que consideramos que no andan bien, o que quisiéramos que fueran de una forma distinta a como son. Podemos focalizar nuestra atención en la diferencia entre aquello que tenemos y nuestros anhelos, sueños y deseos, por ejemplo, querer un mejor trabajo remunerado, desear tener más tiempo de vacaciones y un largo etcétera.

Si bien es muy natural e importante anhelar tener buenas condiciones de vida y aspirar a ellas, es importante darnos también un espacio para apreciar aquello de lo que disponemos, aceptándolo y apreciándolo.

Detenernos, respirar y cultivar el estar presentes nos da la oportunidad única de apreciar aquello que se nos vuelve presente ante los ojos, desde un espacio de aceptación.

Observar con profundidad y detalle nos permite apreciar la vida que está ocurriendo a nuestro alrededor.

Aún cuando las cosas no vayan exactamente como nos gustaría que fueran, hay un sinnúmero de aspectos que podemos apreciar y disfrutar, si tenemos relaciones de afecto o amistad que nos nutren, si disponemos de salud física y/o emocional, hasta podemos contemplar y agradecer fenómenos tan básicos como el estar vivos, respirar o poder estar en contacto con el mundo a través de nuestros sentidos.

Sin caer en una actitud falsamente optimista, podemos cultivar una actitud apreciativa, desde la observación y aceptación, sin que esto signifique excluir o negar lo que creemos no funciona, sino más bien integrando la experiencia en su totalidad, como parte de nuestro camino de crecimiento y aprendizaje.

Práctica

Detente un instante y lleva amablemente tu atención a la respiración, traslada  el foco de tu atención  a las sensaciones y a tu cuerpo…

Sin mucho esfuerzo, permítete simplemente disfrutar de algunas de tus respiraciones, puedes observar que has optado por detenerte y que elije amablemente prestarle atención a tu respiración.

Luego, préstale atención a algo por lo cual te sientas agradecido sinceramente, algo que se te haga presente en este instante, por lo cual sientas un natural aprecio.

 

Cualquier elemento que te haga sentir contento/contenta puede servir, sea algo tangible o intangible, lo más importante es que sea algo con lo cual te puedas conectar ahora y te haga sentido.

Permítete entrar en contacto con la presencia de aquello por lo cual quieres agradecer… Observa tus sensaciones e impresiones (si las hubiera)

Para concluir, durante la semana puedes incluir en tu cotidianidad preguntas tales como:

-De aquello que ya tengo, ¿Qué sería valioso apreciar aún más?

-¿A qué aspectos de mi vida quisiera dedicarle más tiempo?

-¿Cómo puedo observar con una actitud de mayor curiosidad, amabilidad y aprecio?

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