El Poder de la Gratitud

22 agosto, 2018 Tips de orientación

“El noventa y nueve por ciento de las veces tenemos la oportunidad de estar agradecidos por algo. Simplemente no lo percibimos”.

– David Steindl-Rast.

Reflexión

Por el sólo hecho de estar vivos, tenemos muchos motivos por los cuales agradecer. Estar vivos es un hecho que no depende de nosotros, y que puede ser percibido como un regalo que nos es dado. Son las intenciones, motivaciones y acciones de otros las que nos dieron la vida. Nacer es un acto involuntario para quien nace y gracias a él todas nuestras experiencias son posibles.

Desde las más primarias habilidades, tales como respirar o mirar a nuestro alrededor, hasta las más sofisticadas acciones que podamos imaginarnos: construir casas y ciudades o elaborar sofisticadas teorías. Nada sería posible sin el nacimiento, y reconocer este hecho fundamental nos invita a abrirnos a la gratitud.

Si hoy tenemos la posibilidad de leer estas líneas, seguramente ha sido posible gracias a la bondad y cuidado de otras personas, nuestros primeros cuidadores, padres, abuelos, tíos y muchos otros. Así, podemos sentir la gratitud primordial por todos quienes nos han cuidado, especialmente durante los primeros años de vida. Por supuesto, es posible que el cuidado que hemos recibido no haya sido perfecto, y en algunos casos puede haber estado bastante alejado de lo ideal, sin embargo, mientras estemos vivos podemos apreciar cuidados de otros y podemos narrar una nueva historia.

Si observamos nuestra vida cotidiana, podemos reconocer que dependemos de una compleja red de elementos e interacciones que nos permiten vivir. Por ejemplo, el alimento que recibimos diariamente es fruto del trabajo de muchas personas, es posible gracias a complejos procesos naturales que permiten que la vida prosiga. Sin el sol, sin el agua, sin las tierras fértiles la vida no sería posible.

Podemos también llevar esta mirada interdependiente a nuestras relaciones, estamos rodeados de personas, circunstancias y tareas de las cuales dependemos: choferes, agricultores, cocineros, conserjes, médicos, y un innumerable etcétera. Al observar conscientemente la compleja red de interacciones y vínculos que permiten que las cosas ocurran, se puede despertar en nosotros una natural gratitud, frente a la forma en que se despliega y florece la vida y al privilegio de formar parte de ella.

Conectarnos con la gratitud no es sinónimo de adoptar una actitud ingenua, pasiva ni menos abnegada. Tampoco implica desconocer o que nos den lo mismo las injusticias y las desigualdades que ocurren. La gratitud puede ser entendida como una actitud y una práctica que nos moviliza a actuar conscientemente, reconociendo nuestro rol dentro del orden de las cosas y actuando cuando sea necesario.

La gratitud puede transformarse en una práctica simple, pero a la vez efectiva y transformadora.

Práctica

Como primera práctica, te invitamos a prestar atención a todo aquello por lo cual puedas sentir gratitud en este momento. Puedes simplemente prestar una atención amable a lo que ya tienes y por lo cual puedes sentirte agradecido, incluyendo las diferentes dimensiones de tu vida. Puedes observar aquellos aspectos materiales por los cuales sentirte agradecido, o el hecho de que hay muchas partes de tu cuerpo que funcionan y te permiten hacer una diversidad de cosas. Puedes también incluir la dimensión afectiva y espiritual, prestando atención al cariño que has recibido a lo largo de tu vida. También puedes reconocer y agradecer las acciones propias y de los demás que te nutren. Una buena manera de concretizar esta práctica es hacer un listado de todas aquellas cosas por las cuales te sientes agradecida o agradecido.

Una segunda práctica de gratitud que puedes realizar esta semana consiste en realizar acciones concretas y anónimas de gratitud, una especie de «práctica de agradecimiento anónimo»: Considerando la situación y contexto en el cual te encuentres, puedes realizar pequeñas acciones  guiadas por una intención de gratitud: un llamado, ofrecer tu presencia a alguien que lo necesite, etc. Quizás reconozcas a algún familiar, amigo o un desconocido que tal vez necesite sentirte presente. Al realizar esta acción no esperes una retribución o vuelta de mano, sino que ofrécelo como un regalo desinteresado.

Al compartir desde la gratitud puedes tener en cuenta que el mismo gesto es beneficioso para los demás y es beneficioso para ti. La acción no tiene que ser perfecta ni grandiosa, basta con que sea realizada con una buena intención y con cuidado.

 

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