Cultivando tu propio jardín: una metáfora de autocuidado

22 agosto, 2018 Tips de orientación

«Dedicando tiempo a la práctica para ti mismo, no malgastarás esfuerzos; al contrario, utilizarás el tiempo de manera útil. Para ser útil a los demás, debes permitirte practicar para ti mismo; no puedes descuidarte. Nadie es más merecedor de nuestra bondad y compasión que nosotros mismos”. –Thich Nhat Hanh

Reflexión  

Los seres humanos tenemos la posibilidad de hacernos cargo de nuestra propia vida. Si bien existen ciertos factores biológicos que nos influyen, no estamos completamente determinados por ellos y por lo tanto tenemos un campo de libertad para elegir qué hacemos con nuestra propia vida. El maestro vietnamita Thich Nhat Hanh señala que la conciencia es como un jardín en cuya tierra se almacenan infinitas semillas, donde cada una tiene la posibilidad de crecer si la regamos sistemáticamente. Por ejemplo, en este jardín están almacenadas las semillas de la alegría, la serenidad, la ecuanimidad y la compasión, y también están almacenadas las semillas del miedo, la vergüenza, la culpa, la rabia, la ansiedad, etc. Nuestras acciones e intenciones van regando diversos tipos de semillas. Por ejemplo, si tenemos el hábito de ver películas violentas y o de terror, es probable que las semillas de ansiedad y el miedo se rieguen con regularidad, convirtiéndose, gradualmente en pequeñas plantas que estarán más disponibles en nuestra experiencia.

En el almacén de nuestra conciencia no podemos deshacernos de ninguna semilla, porque si tratásemos de eliminar una, estaríamos atacándonos a nosotros mismos. Lo que sí podemos hacer es realizar un riego selectivo y decidir regar determinadas semillas y dejar de regar otras. Con la práctica de la atención plena elegimos regar las semillas que nos brinden un bienestar sustentable. También podemos decidir dejar de regar las semillas de sufrimiento, dolor, ansiedad y miedo, sin dejar de tener presente que son parte de nuestro jardín y que merecen nuestro respeto y empatía. Si en lo cotidiano cultivamos la energía de la atención plena podemos reconocer las semillas de sufrimiento que existen en nosotros mismos, observándolas con aceptación y compasión y decidiendo no continuar regándolas, dejándolas en la tierra para que se transformen naturalmente. No continuar regando lo que nos hace daño es en sí mismo una práctica para toda la vida, y seguramente ninguna persona lo consigue plenamente, por lo cual siempre hay espacio para seguir practicando.

Un buen jardinero está atento al estado a su jardín, desmaleza cuando se requiere y riega las semillas día tras día. Tiene la paciencia y la perseverancia necesaria para trabajar, no se desanima si el jardín no da los frutos inmediatamente pues sabe que las semillas tienen su propio tiempo de maduración y que la constancia es fundamental. El jardinero consciente no puede apurar a la semilla, pero sí puede generar las condiciones de cuidado para que esta crezca. El jardinero consciente no cuida desde el temor o el miedo, sino desde el aprecio a lo que tiene, disfrutando paso a paso el proceso de cuidado. Del mismo modo, cada uno de nosotros podemos ir haciéndonos íntimos con nosotros mismos, reservando momentos en nuestra vida cotidiana para dejar de buscar afuera las respuestas y permanecer en silencio, escuchando y cuidando de nuestro ser, acogiendo nuestras emociones y volviendo amablemente al momento presente.

Práctica

Te invitamos esta semana a transformarte en un jardinero consciente de tu propio paisaje interno. Puedes abrir espacio durante el día para estar contigo mismo, escuchando atentamente tus propias necesidades y ser amable si una situación difícil se presenta. No tienes que irte a algún lugar lejano para cuidar de ti, basta con que puedas volver gentilmente a tu respiración y a tu cuerpo cuando te encuentres preocupado o distraído. Si ya tienes alguna práctica de mindfulness, te invitamos a que la realices teniendo desde una actitud de cuidado hacia ti mismo. Recuerda que al cuidarte a ti mismo estarás también cuidando de quienes te rodean.

Te invitamos a que puedas identificar al menos dos acciones que te han hecho sentir vitalizado y conectado contigo mismo y con los demás, y otras dos acciones que te hagan sentir desconectado de tu experiencia. Te invitamos a que escribas ambos tipos de acciones en una hoja de papel y tras leerlas observa si tienes posibilidades de incluir más acciones e intenciones en tu semana que te permitan tomar un rol activo en tu auto-cuidado, aunque sea con acciones pequeñas.

Sin el menor afán de juzgarte a ti mismo ni de imponerte nuevas exigencias, puedes ir abriéndote a la posibilidad de transformarte en un jardinero de tu propio ser. No tienes que realizar ningún cambio de la noche a la mañana; puedes emprender pequeñas acciones de autocuidado, incluso disminuir algunas conductas que sientas que te hacen daño. Aprovecha de saborear lo que te nutre y de entregarle a la tierra aquello que innecesariamente te desgasta.

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