Ingeniero en Diseño UAI desarrolla proyecto que integra la IA al diseño

23 octubre, 2024 Alumnos

Nuevas formas para relacionarnos con las herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa en imagen, video y 3D es lo que propone el proyecto “Co-Lab” creado por Bruno Marsino, egresado de la Escuela de Diseño de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y primer estudiante de Ingeniería en Diseño UAI que obtiene un doble grado de magíster con el Southern California Institute of Architecture (SCI-Arc).

«Para ello, elaboré una tesina a modo de bitácora que explora workflows de IA preexistentes, como imagen-a-imagen, imagen-a-video y video-a-3D», explica Bruno quien desarrolló este proyecto durante tres años como parte de su tesis del Magíster en Ciencias del Diseño de la UAI y en el MSc. Architectural Technologies en SCI-Arc.

«La tesina no solo evalúa estos procesos a nivel tecnológico, sino que también profundiza en aspectos existenciales: cómo cambia la labor del diseñador respecto a lo diseñado, cómo evoluciona la relación del diseñador con la herramienta de IA y cómo se transforma el rol del diseñador cuando todos estos factores están en juego», agrega el Ingeniero en Diseño quien se interesó por el Master en Architectural Technologies del SCI-Arc Southern California inspirado por su director  M. Casey Rehm, arquitecto con una larga trayectoria en la investigación de tecnologías emergentes. 

«Cuando ingresé al programa, a fines de 2022, recuerdo que la inteligencia artificial recién empezaba a mostrarse como una herramienta con gran potencial con modelos como ChatGPT, DALL·E, Midjourney, entre otros. Y fue una sorpresa saber que el programa ya llevaba años practicando y desarrollando proyectos que apenas raspaban la superficie de lo que estas tecnologías de IA podían ofrecer. Entonces, podrás imaginar el momentum que el programa estaba tomando. No solo teníamos un currículum sólido en IA, sino que esa misma tecnología que meses atrás tenía un enfoque especulativo, ahora se convertía en oportunidades para ser aplicadas en la sociedad», sostiene Bruno quien actualmente trabaja en Los Angeles, California, donde lidera el departamento de innovación de un estudio de diseño y realiza consultorías en tecnologías emergentes.

¿Cuáles fueron los principales hallazgos de tu tesis sobre IA generativa en los procesos de diseño?

Un hallazgo particular fue darme cuenta de lo fácil que es sentirse atraído por la alta calidad visual que la inteligencia artificial nos ofrece en imágenes, videos o incluso modelos 3D. Si bien esto facilita el trabajo del diseñador en términos de rapidez, no necesariamente mejora la calidad del diseño. La velocidad, especialmente en las etapas iniciales de creación y cuestionamiento, no es una variable determinante.

Es fundamental que, como diseñadores, cuestionemos los aspectos básicos del desafío u oportunidad que enfrentamos y que iteremos constantemente en base a nuestra propuesta inicial. Ese «darle vueltas» al tema es fundamental para el diseñador y por el momento no creo que vaya a ser la IA quien nos lo recuerde.
Por supuesto, deberíamos utilizar la inteligencia artificial en estos procesos, como al usar Midjourney para generar variaciones de cómo podría verse un objeto. Pero es esencial mantener una visión crítica sobre hacia dónde están llevando los proyectos estas iteraciones y el uso de la IA. ¿Lo están llevando hacia donde realmente queremos, hacia una solución óptima que hemos conceptualizado? ¿O estamos siendo seducidos simplemente por la belleza superficial del resultado generado por la IA?
Bajo esa idea Co-Lab se sustenta en una serie de experimentos de diversa escala y complejidad, desde una colección de muebles 3D diseñados por IA, hasta la automatización de volúmenes arquitectónicos basados en un sitio específico. Estos experimentos permitieron explorar en profundidad cómo la IA puede integrarse en el proceso de diseño sin perder de vista la esencia crítica y creativa que caracteriza a nuestra disciplina.

¿Cómo ha sido tu experiencia en el Southern California Institute of Architecture (SCI-Arc)?

La escuela tiene esta cualidad única de ser una suerte de cápsula de “aprendizaje adaptable”. Esto quiere decir que todos los estudiantes, tanto de pregrado como de postgrado, estamos inmersos en un ambiente que ofrece una extrema exposición no solo a un variado entorno cultural como es Los Ángeles, sino también a un cuerpo de alumnos y docentes que vienen de todas partes del mundo.

Esto, sumado a la escala de la escuela, aproximadamente 500 alumnos, hace que la experiencia sea todavía más intensa. El constante intercambio entre alumnos de distintas generaciones y programas es algo que percibí y disfruté lo más que pude. Esta experiencia integral en SCI-Arc ha enriquecido mi perspectiva como diseñador y me ha preparado para abordar los desafíos actuales y futuros en la intersección entre arquitectura y tecnología.

¿Principales razones por las cuales optaste por el doble grado con SCI-Arc y qué consejos darías a los estudiantes que están pensando en esa alternativa?

Opté por el SCI-Arc porque es uno de los pocos lugares en el mundo donde la tecnología guía en gran medida la agenda creativa de la Escuela. Esto no implica que los proyectos se centren exclusivamente en utilizar la última herramienta disponible, sino que el discurso académico siempre considera la herramienta digital—desde la más básica hasta el agente de IA más avanzado— como un componente fundamental y omnipresente en la actualidad, del cual es casi imposible desvincularse.

Bajo este principio, SCI-Arc se alinea estrechamente con el Designlab de la UAI, donde la malla curricular tiene un foco único y disruptivo a nivel nacional, abarcando desde Diseño 2D y 3D, Teoría del Diseño y Fabricación Digital, hasta Artes Liberales y cursos de cálculo. Una malla holística como tal fomenta un constante cuestionamiento social y crítico -gracias a las artes liberales- pero también altamente propositiva gracias al diseño.
Mi consejo para los estudiantes que consideran esta opción es que, si están interesados en explorar la intersección entre tecnología y diseño en un entorno multicultural constantemente expuesto a diseñadores, arquitectos y hasta directores de cine de nivel mundial, el doble grado con SCI-Arc es una tremenda oportunidad.

¿Qué es lo que más destacas de tu formación en la Escuela de Diseño UAI y qué herramientas has adquirido para el desarrollo de tus proyectos?

Lo que más destaco —y la razón por la cual elegí el Designlab en 2016— es que su malla curricular iba más allá de lo que se ofrecía en el diseño a nivel nacional en ese momento. Incluía desde Diseño 2D y 3D y Teoría del Diseño, hasta Fabricación Digital, Artes Liberales y cursos de cálculo.
Creo que haber apostado por esta formación dio frutos. Hoy en día, valoro enormemente la educación en Artes Liberales, no necesariamente por los textos que leímos, sino por la forma en que se nos incentivaba a cuestionar y reflexionar sobre lo aprendido y discutido en clases.
Para quienes se adentran en el mundo de la IA generativa, jamás ha sido tan importante el poder cuestionar los principios que rigen el uso de estas herramientas, desde una perspectiva humana más que digital. Formular preguntas fundamentales como: ¿Quién entrenó los datos en el modelo de IA que utilizo? ¿De dónde provienen esos datos? ¿Son precisos, actualizados y reales? Y reflexionar sobre cuestiones como: ¿Es lo que me generó la IA útil para mi problema inicial? ¿Representa un diseño de calidad o es simplemente una imagen atractiva?
Esta capacidad crítica es una herramienta invaluable que adquirí gracias a mi formación en la UAI y que aplico constantemente en mis proyectos actuales y futuros. Me ha permitido integrar la tecnología de manera consciente y ética, asegurando que mis diseños no solo sean innovadores, sino también relevantes y significativos para el usuario y entorno.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Actualmente me desempeño como coordinador de diseño e innovación en Judson Studios, un estudio que diseña y fabrica elementos de vidrio para proyectos colaborativos con artistas, arquitectos y diseñadores. Allí, lidero el departamento de Innovación enfocado en desarrollar nuevos “workflows” paramétricos y basados en IA. Nuestro último proyecto publicado, llamado Second Nature, nos permite, tanto a nosotros como a nuestros clientes, transformar cualquier imagen en un objeto de vidrio con distintos acabados.
Paralelamente, estoy en la fase piloto de ofrecer servicios de consultoría en tecnologías emergentes para oficinas de diseño y arquitectura en Los Ángeles. Este proyecto busca ayudar a profesionales a integrar tecnologías avanzadas en sus prácticas por medio de paquetes de herramientas y workflows exclusivos.
Mi objetivo es seguir explorando cómo la IA y otras tecnologías emergentes pueden redefinir el proceso de diseño y contribuir de manera positiva a la sociedad. Estoy entusiasmado por las posibilidades que se abren y por compartir este conocimiento con otros profesionales y estudiantes interesados en esta intersección entre tecnología y creatividad.

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