- La investigadora, seleccionada en la quinta convocatoria Fondef VIU, está desarrollando un biosensor de detección de arsénico para que cualquier persona o institución pueda monitorear el agua que consume.
Cuando Tammy Atallah comenzó a estudiar Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Adolfo Ibáñez, no pensó que su carrera daría un giro hacia la investigación. En tercer año escogió la especialidad de bioingeniería, lo que reveló su gusto hacia el laboratorio y el desarrollo de ideas y soluciones mediante la biología. Por lo mismo, una vez que terminó su pregrado, cursó el Máster en Ciencias de la Ingeniería en Bioingeniería en la misma casa de estudios –del cual se tituló recién en enero-, y su proyecto “Desarrollo de un sistema biológico para la detección y alerta de presencia de arsénico en medio acuoso”, fue seleccionado en la quinta versión del Concurso Valorización de la Investigación en la Universidad (VIU) de Fondef, CONICYT.
Ésta es la primera vez que una estudiante de la UAI se ve beneficiada con la adjudicación de este concurso, dirigido a alumnos de pre y postgrado que estén realizando o hayan terminado sus memorias o tesis en universidades chilenas acreditadas, y cuyo objetivo es promover el emprendimiento basado en ciencia.
La investigadora se adjudicó tanto la primera etapa del concurso, que entrega fondos por $ 2 millones, como la segunda fase, en la que los beneficiarios reciben hasta $ 24 millones para la ejecución del plan de trabajo y la concreción del emprendimiento.
El proyecto presentado por Tammy consiste en un detector de compuestos de arsénico para agua potable, que a través de la utilización de microorganismos modificados genéticamente, cambia de color ante la presencia o ausencia de arsénico, indicando si el agua está con niveles aceptables de este elemento o es tóxica.
Esta investigación es un eslabón dentro del desarrollo definido por el Centro de Innovación en Bioingeniería (CINB) de esta universidad para el área de biología sintética, que cuenta con dos postdoctorados activos y tres proyectos de colaboración Misti con el MIT, y se proyecta principalmente en soluciones de agrobiotecnología, biomateriales y biosensores.
El trabajo desarrollado por la joven contó con la guía y apoyo de Raúl Donoso, investigador postdoctorado de Bioingeniería FIC, y del director del CINB, Cedric Little.
“En la UAI existe apoyo para aquellos estudiantes que desean desarrollar ideas bien sustentadas. Por eso, a todos quienes aún siguen dudando si avanzar con algún proyecto, les digo que no lo duden, que vayan tras sus metas y busquen la mayor cantidad de apoyo. La OPPI (Oficina de Proyectos y Propiedad Intelectual) me ofreció talleres y me ha resuelto varias dudas”, sostuvo Tammy.
Con respecto a su formación académica, Tammy destaca que el haberse enfocado en la investigación en biotecnología “reveló mis gustos hacia el laboratorio y la infinidad de cosas que puedes desarrollar en él, sobre todo cuando tuve un curso práctico llamado Biología Sintética. Me di cuenta que lo que a mí me gustaba hacer era desarrollar ideas y soluciones mediante la biología”.
¿Sientes que por ser mujer has tenido mayores obstáculos para investigar que tus compañeros?
La verdad es que no. Desde que comencé a adentrarme en esta área, nunca noté una inclinación por género (como sí se da en ingeniería), menos discriminación. Incluso en el laboratorio donde actualmente desarrollo mi tesis, hay más mujeres que hombres, pero sigue siendo un tema equitativo.
¿Qué significado tiene para ti haberte adjudicado el proyecto Fondef?
Haberme adjudicado el VIU me abrió un montón de puertas para el futuro, me certificó y me dió la posibilidad de llevar a cabo mi proyecto. Además, significa un premio personal debido al gran esfuerzo que he hecho durante dos años para desarrollarlo.
¿Cómo ves la contribución de tu proyecto hacia la comunidad?
Mi proyecto es acerca de un biosensor de arsénico. En palabras simples, es una herramienta biológica capaz de detectar arsénico en muestras acuosas y entregar un color como respuesta ante la presencia del metal. La idea de este biosensor es ser la base para un kit portátil de detección de arsénico y que cualquier persona, colegio o institución, sin requerir estudios previos ni equipamiento costoso, sea capaz de monitorear el agua que consume. Es una contribución al medio ambiente y a la salud de las personas en Chile.
¿Cómo visualizas tu carrera académica e investigativa en los próximos años?
Mi intención es seguir con los biosensores, no limitarme sólo con el arsénico, sino proyectarme a desarrollar biosensores que detecten otros contaminantes apremiantes. Incluso ir más allá y trabajar en otras soluciones biológicas mediante productos o servicios de mayor envergadura. Además, tengo interés en crear una empresa y el VIU de Fondef me da esa posibilidad.
Fuente: http://www.conicyt.cl/