Desafiar intelectualmente a los estudiantes

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Antonia Viu hace clases en la UAI hace 17 años, y actualmente es directora del departamento de Literatura de la Facultad de Artes Liberales. Con un Fondecyt de Iniciación a la Investigación en  2016 y dos Fondecyt Regular (en 2016 y 2017), expresa su confianza en el modelo educativo de la Universidad Adolfo Ibáñez, “creo que es fundamental darles a los estudiantes las competencias que este modelo entrega: escritura, reflexión, pensamiento crítico. Me parece vital que todo egresado de una carrera universitaria incorpore estas competencias”.

Inició su carrera en la Universidad Católica, después hizo una maestría en Estados Unidos, para posteriormente realizar un doctorado en Literatura Chilena e Hispanoamericana en la Universidad de Chile. Hoy hace clases en la UAI con un enfoque especial: “yo estoy formando estudiantes reflexivos, que puedan ejercer el pensamiento crítico” señala.

– ¿Usas alguna herramienta para que los alumnos relacionen la asignatura con la investigación?

En lectura crítica, por ejemplo, la herramienta fundamental de la evaluación son los comentarios críticos, un tipo de ensayo de interpretación a partir de una  hipótesis sobre el libro que estamos trabajando.  Por eso ahí lo que debe ejercitarse es precisamente cómo construir una hipótesis, desarrollar argumentos convincentes.

– ¿Cuáles crees que son las dificultades a la hora de formar investigadores dentro de la UAI?

Yo estoy formando estudiantes reflexivos, que puedan ejercer el pensamiento crítico, ese es el modelo educativo de la UAI a nivel de pregrado. El desafío para un investigador frente a estudiantes que no necesariamente van a ser investigadores, es simplemente plantearse cómo lo que uno hace se hace relevante para otros y les puede dar herramientas y competencias para su actividad profesional, más allá de si es investigador o no lo es.

En mis cursos de postgrado sí siento la responsabilidad adicional de estar formando investigadores en la propia disciplina y entonces quiero involucrarlos en mis proyectos, compartir la bibliografía respecto de los temas que trabajo, o mostrar los procesos mediante los cuales se generan, se abordan y se resuelven problemas de investigación.

– En alguna de tus investigaciones ¿has invitado a alumnos a participar?

Sí. Yo dirijo el Magíster de literatura comparada, he tenido proyectos Fondecyt y he trabajado con estudiantes míos como ayudantes de investigación. Luego hay estudiantes del magíster que hemos traído a ser ayudantes de los cursos de pregrado y otros hoy ya son profesores. Así que, en ese caos existe una colaboración distinta. Sería muy importante que nuestros alumnos de pregrado pudieran incorporarse más, que estuvieran las instancias formales para que eso ocurra. Eso pasa por cómo se visibiliza la investigación, muchos estudiantes todavía ni siquiera saben qué se investiga en la UAI, porque cuando uno es estudiante, incluso en universidades tradicionales, esa no es necesariamente una inquietud inmediata, hay que interesarlos por la investigación.

– En otro contexto, si tuvieras que crear una universidad, ¿cuáles serían las tres características principales de tus académicos?

Apasionados por lo que hacen, con vocación de enseñar, que sus cursos se nutran de una investigación propia y que busquen desafiar intelectualmente a sus estudiantes. Puede ser que no se trate de un profesor investigador, pero me parece necesario que tenga la inquietud por incorporar nuevos puntos de vista permanentemente, y la investigación garantiza eso. No todos los profesores tienen que ser investigadores, pero evidentemente creo que cuando son investigadores uno se asegura de que hay un proceso de reflexión permanente.

Por otra parte, es importante que sean profesores que efectivamente quieran desafiar a sus estudiantes, profesores que ven en el otro alguien que está aprendiendo y que necesita ser interpelado y cuestionado en sus paradigmas a todo nivel.

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